Efectos sobre la salud

Fumar daña a casi todos los órganos vitales del cuerpo. Algunos de estos efectos nocivos son inmediatos. Descubra los efectos de fumar sobre las diferentes partes del cuerpo.

Cerebro

La nicotina de los cigarrillos es tan adictiva como la heroína. La adicción a la nicotina es difícil de vencer porque reorganiza el cerebro. El cerebro desarrolla más receptores de nicotina para recibir las grandes dosis de nicotina del tabaco. Cuando el cerebro deja de recibir la nicotina a la que está acostumbrado, se produce la abstinencia de nicotina. Usted puede sentir ansiedad, irritabilidad y una necesidad fuerte de nicotina.

Cabeza y rostro

Oídos

Un efecto de fumar es que reduce la cantidad de oxígeno que llega a la cóclea, un órgano con forma de caracol que se encuentra en el oído interno. Esto puede provocar un daño permanente a la cóclea y una pérdida auditiva de leve a moderada.

Ojos

Fumar provoca cambios físicos en los ojos que pueden poner en riesgo su visión. Uno de los efectos de la nicotina de los cigarrillos es la disminución de la producción de una sustancia química necesaria para que pueda ver por la noche. Además, fumar aumenta el riesgo de desarrollar cataratas y degeneración macular (ambas pueden conducir a la ceguera).

Boca

Fumar provoca daños en la boca. Los fumadores tienen más problemas de salud bucal (como llagas en la boca, úlceras y enfermedades de las encías) que los no fumadores. Es más probable que tenga caries y pierda los dientes a una edad más temprana. También aumenta el riesgo de tener cáncer de boca y garganta.

Rostro

Fumar puede provocar que la piel se reseque y pierda la elasticidad, lo que provoca arrugas y estrías. El tono de su piel puede volverse opaco o grisáceo. Para cuando cumpla 30 años, las arrugas pueden comenzar a aparecer alrededor de la boca y los ojos, aparentando tener más edad.

Corazón

Corazón estresado

Fumar eleva la presión arterial y aumenta el trabajo del corazón. Con el tiempo, ese esfuerzo de trabajo debilita al corazón, y lo hace menos capaz de bombear sangre a otras partes del cuerpo. El monóxido de carbono del humo del cigarrillo que se inhala también aumenta la falta de oxígeno, haciendo que el corazón trabaje aún más. Esto aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca, incluyendo infartos.

Sangre viscosa y espesa

Fumar hace que la sangre sea espesa y pegajosa. Cuando la sangre es más viscosa, más debe trabajar el corazón para moverla alrededor del cuerpo. La sangre viscosa también aumenta las probabilidades de formar coágulos sanguíneos que bloqueen el flujo de sangre al corazón, el cerebro y las piernas. Con el tiempo, la sangre espesa y pegajosa daña el delicado revestimiento de los vasos sanguíneos. Este daño puede aumentar el riesgo de tener un infarto o un accidente cerebrovascular.

Depósitos de grasa

Fumar aumenta la cantidad de colesterol y grasa no saludable que circula en la sangre, lo que causa depósitos grasos. Con el tiempo, el colesterol, la grasa y otros depósitos se acumulan en las paredes de las arterias. Esta acumulación estrecha las arterias y obstruye el flujo normal de la sangre al corazón, el cerebro y las piernas. El bloqueo del flujo de sangre al corazón o al cerebro puede causar un infarto o un accidente cerebrovascular. El bloqueo en los vasos sanguíneos de las piernas podría resultar en la amputación de pies o dedos de los pies.

Pulmones

Pulmón cicatrizado

Los pulmones de los fumadores presentan inflamación en las vías aéreas menores y los tejidos pulmonares. Cuando la inflamación continúa genera tejido cicatricial.  Estos daños llevan a cambios físicos en los pulmones y las vías respiratorias dificultando la respiración. Provoca que el pecho se sienta rígido o que usted sienta que le falta el aliento o produzca un silbido al respirar. Años de irritación pulmonar pueden generar una tos crónica con expectoración mucosa.

Enfisema

Fumar destruye los pequeños sacos de aire, o alvéolos, en los pulmones que permiten el intercambio de oxígeno. Los alvéolos no se regeneran, de modo que, cuando los destruye, ha destruido parte de sus pulmones en forma permanente. Cuando se destruyen suficientes alvéolos, se desarrolla enfisema. El enfisema causa dificultad para respirar y puede ocasionar la muerte.

Cilios e infecciones respiratorias

Sus vías respiratorias están recubiertas por diminutos pelos, como los de un cepillo, llamados cilios. Los cilios movilizan el moco y los residuos para que los pulmones permanezcan limpios. Fumar paraliza temporalmente e incluso mata los cilios. Esto aumenta el riesgo de infección. Los fumadores presentan más resfriados e infecciones respiratorias que las personas que no fuman.

ADN

Cáncer

Su cuerpo está formado por células que contienen material genético, o ADN, que actúa como un "manual de instrucciones" para el crecimiento y el funcionamiento de las células. Cada soplo al fumar causa daños a su ADN y cuando este se daña, el "manual de instrucciones" cambia, y las células pueden comenzar a crecer fuera de control y crear un tumor canceroso. Su cuerpo intenta reparar el daño a su ADN, pero con el tiempo, fumar puede desgastar este sistema de reparación y conducir al cáncer (como el cáncer de pulmón). Un tercio de todas las muertes por cáncer son causadas por el tabaco.

Abdomen y hormonas

Abdomen

¿Necesita otra razón para saber que fumar es malo? Abdomen más grande. Los fumadores tienen abdomen más grande y menos músculo que los no fumadores. Es más probable que desarrollen diabetes tipo 2, aunque no fumen todos los días. Fumar también hace que sea más difícil controlar la diabetes una vez que se tiene. La diabetes es una enfermedad grave que puede provocar ceguera, enfermedades cardíacas, insuficiencia renal y amputaciones.

Niveles bajos de estrógeno

Fumar disminuye el nivel de estrógeno de las mujeres. Los niveles bajos de estrógeno pueden causar resequedad de la piel, pérdida de cabello y problemas de memoria. Las mujeres que fuman tienen más dificultades para quedar embarazadas y tener bebés sanos. Fumar también puede conducir a la menopausia a edad más joven, lo que aumenta el riesgo de padecer ciertas enfermedades (como las enfermedades cardíacas).